En esta edición, y ya van doce, hemos realizado un recorrido de montaña atravesando los puertos de Morcuera y Canencia, dos clásicos de las rutas en moto por la Comunidad de Madrid.






Primero y a modo de “warm-up” calentamos los neumáticos en los curvones de la carretera que une Colmenar Viejo con Guadalix de la Sierra y desde este pueblo, protagonista de la película “Bienvenido Mr. Marshall”, enfilamos hacia Miraflores de la Sierra para desde allí coronar el primero de los puertos.

La Morcuera (1761 m) es un paraje abierto y  desabrigado, una alta planicie ondulada donde pace el ganado, un excelente mirador sobre el valle del Lozoya. Los fuertes vientos y las heladas no permiten el crecimiento de arbolado y en un intento de conseguir lo imposible las raquíticas repoblaciones de pinos aún luchan por aferrarse al terreno. 

La ascensión desde Miraflores de la Sierra es un trazado muy técnico. Subir y bajar marchas, frenar e iniciar la trazada de la cerrada curva, levantar la moto para acelerar en los tramos más rápidos y disfrutar de la subida circulando entre bosques de robles y pinos. Ya en el puerto los prados alpinos dominan el paisaje y la adrenalina vuelve a sus niveles normales.

En el parking de la fuente de Cossío, erigida en 1931 en honor de este eminente miembro de la Institución Libre de Enseñanza, hicimos la primera parada con el objeto de reagruparnos pues la subida al puerto es un tramo también muy clásico para los esforzados ciclistas y su adelantamiento no resulta fácil por lo sinuoso del trazado; además el asfalto se ha resentido bastante del duro invierno y hay que ir con precaución.





La bajada de la Morcuera, más exigente aún en lo que a la finura de conducción se refiere, nos lleva hasta Rascafría, capital del valle y desde allí siguiendo la carretera que discurre paralela al gran embalse de Lozoya llegamos a Canencia. El grupo ha rodado compacto y relajado, la mañana es espléndida y nos espera un buen aperitivo en el Restaurante “Colorines”. 



Un rato de animada charla y buen comer y de nuevo a rodar. Ahora nos toca la subida al puerto de Canencia. Es un puerto completamente distinto a Morcuera. Hay más árboles ya que situado a 1.548 m, está por debajo del límite de distribución del bosque donde debido a una exposición al sol más reducida, crecen reductos de vegetación atlántica como los abedules, tejos y acebos. La carretera literalmente lo atraviesa. Es uno de los tramos más bellos para ir en moto de nuestra Comunidad.



Después de dejar la que fue selecta población de veraneo en las primeras décadas del siglo XX, Miraflores de la Sierra, hicimos la última parada que sirvió para despedirnos hasta la próxima ruta.

Os dejo un bonito comentario que ha preparado Natalia Ramos para la crónica de este día.

¿Cómo se percibe todo esto cuando vas de pasajero?

Un saludo para todos
José Ramón

“Cada vez que me monto en la moto de pasajera, me planteo algunas preguntas, como por ejemplo, ¿qué veré hoy?, ¿qué descubriré?, ¿qué aprenderé?, ¿a quién conoceré?.....

Mi perspectiva es privilegiada para esto, ya que no tengo que preocuparme de nada, excepto de ver, descubrir, aprender y conocer a gente nueva.

Solo me preocupo de sentir el aire que me da en la cara como una ráfaga, ver pasar los arboles rápidamente en una sucesión interminable de paisajes, experimentar el movimiento sobre dos ruedas a 40 km por hora entre pinos y curvas……

Vivir una aventura sin miedos con el cuerpo pegado a un apasionado de las motos, es una sensación de seguridad desconocida para muchos. Y si a todo esto, se le une, la buena compañía de otros moteros, una buena comida y un buen clima…… ¿qué más se le  puede pedir al día?

Firma,….., una……., que cada vez disfruta más de la pasión motera.”

Natalia Ramos

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