Unos oyen la llamada de la selva; otros oyen ultrasonidos. Unos pocos oyeron la llamada de la montaña y a ella acudieron. Nueve aventureros equipados hasta las cejas, llevan soñando con este viaje durante meses. Estos son José Ramón y Reyes, Fernando Gutiérrez y Pilar, Pablo y Natalia, Roberto, Fernando Casarrubio y Diego

Por fin llegó el día y nos reunimos en nuestro punto de partida: la Gasolinera del campo de las Naciones, cercano a la capital. Con los depósitos cargados nos disponemos a empezar el trayecto por la A-2, poniendo como primer objetivo los primeros 180 kilómetros. Una agradecida parada por nuestros traseros y riñones.

Aprovechando para estirar las piernas, tomar un refresco y repostar, comentamos la densidad del tráfico en el principio del recorrido ya que es viernes por la tarde y el tiempo es más veraniego que preotoñal.



Un poco de aliento y seguimos con otro tramo del recorrido dirección Zaragoza Z-40 y Huesca E-7 190 kilómetros más y realizamos una segunda parada a repostar y coger fuerzas para el sprint final hacia nuestro destino, Sallent de Gállego en el Valle del Tena. Vamos dirección Sabiñánigo por N-260a y de ahí al tramo A-136. Con escasa luz podemos ver que nos empiezan a rodear altísimos montes, pero con cierta intuición y ya escasa perspectiva nos perdemos la visión del Embalse de Búbal y del Embalse de Lanuza, para aterrizar por fin en Sallent de Gállego en el hotel Balaitus.

Un encantador hotel con solera totalmente reformado que combina la magia y autenticidad de lo tradicional con el confort y la funcionalidad de lo moderno. Situado en el centro de la Villa de Sallent, nos vamos rodeando de cierta densidad motera, no sabemos por qué. Bueno, la verdad es que sí, era la excusa BMW RIDERS 2014 para conocer semejante paraje. Con esa maña que tenemos los moteros conseguimos aparcar milimétricamente en el patio interior del hotel.



Tras el Check-in descargamos el equipaje en nuestras habitaciones con cierta prisa ya que era hora de cenar y con más hambre que un náufrago nos fuimos siguiendo el olorcillo del comedor. Tras un menú que nos sentó a gloria celestial, nos dimos una vueltecilla por el pueblo, que tenía todos los rincones con motos y más motos. Con más cansancio que curiosidad arquitectónica rural, dirección a "planchar la oreja". 

Por la mañana, la luz del sol y un tiempo despejado nos alegró poder ver todo con más color. Un buen desayuno y nos vamos hacia la estación de esquí de Formigal, a escasos kilómetros a BMW RIDERS. Junto a la carretera, en una inmensa explanada a modo de aparcamiento, colocamos nuestras motos en una de las hileras que formarían las 4800 motos que como nosotros visitaban el lugar. Tras registrar nuestra inscripción y colocarnos una pulserita que nos acompañará todo el fin de semana a modo de "lunáticos escapados del psiquiátrico", hacemos una primera toma de contacto con el evento BMW y conocemos todos los stands con sus exposiciones y prototipos. Como el día estaba excepcionalmente despejado, hacemos las inscripciones para probar motos al día siguiente y aprovechamos para hacer nuestra ruta en moto particular.
















Cruzamos frontera y nos dirigimos a Artouste, junto al lago de Fabréges, con intención de subir al recorrido del famoso tren. Con un apretado horario optamos por comprar las entradas y marchar a tomar algo en el pueblecito de al lado. Nuestro español horario nos llamaba al aperitivo y esas cosillas del tapeo, pero para sorpresa, sólo encontramos un lugar en Aquitaine, en el Restaurant Lebiscau Laborde, donde pudimos picar algunas rodajitas (no más de dos por persona) de salchichón, chorizo y queso del lugar. Parece ser que los franceses tienen otro horario de comidas. Así que mientras Diego y Rober se dan una vuelta por la zona, el resto nos subimos al Tren de Artouste.









Este tren se construyó en 1920 para el transporte de material y obreros para la construcción de la presa de Artouste al otro lado de la montaña. Pero para llegar al tren primero tendríamos que subir a un teleférico que nos elevaría durante 10 minutos a una altura de 2000 metros. Menudo vértigo y menuda vista de las montañas pirenaicas. Por fin en la estación del trenecito, eléctrico y de raíles nos espera un recorrido de unos 55 minutos. Tras pasar un estrecho túnel, nos da la bienvenida el corazón de los Pirineos, en la comarca de Bearn, en el Valle de Ossau.



En este paseo dicen que se ven marmotas; nosotros sólo vimos un espectacular paisaje pirenaico a 2000 metros de altura, con un sol y una temperatura excepcional. Una vez finalizado este viajecillo hasta la estación de llegada, realizamos un breve excursión hacia un punto más alto de la montaña durante 20 minutos hasta la presa donde está el lago de Artouste, donde nos sentamos al sol 5 minutos a descansar.





Todo esto con nuestro corto piscolabis y con ropa de motero, no de montañero ni senderista. "Tiene su mérito" pero menudas vistas y sobre todo ¡Qué relax!. Y con el tiempo justo de tomar el último tren de vuelta, iniciamos regreso a la estación del trenecito, para realizar el camino de vuelta por el mismo sitio, y con el teleférico de bajada llegamos a la base de Artouste, donde nos esperaban nuestras motos. Para redondear este día nos dirigimos al Balneario de Panticosa por la A-2606.








Una carretera condenadamente divertida en la ladera de una montaña con una buena colección de curvas de todos los radios posibles. Presidiendo las instalaciones hay un imponente y tranquilizante lago. Existente desde la época de los romanos, se concede concesión como Baños en 1826 con Fernando VII, consiguió ser uno de los más prestigiosos de España a lo largo del siglo XIX pudiendo albergar más de mil quinientas personas. 




Por el Balneario de Panticosa pasaron muchos famosos de la época, como: Niceto Alcalá Zamora, Perico Chicote, Zarra, Irondo, Panizo, Santiago Ramón y Cajal, etc. Nos adentramos en sus instalaciones con intención de tomar un refresco y alguna que otra patata frita, pero un irregular servicio de bar y la poca luz que nos queda de camino de vuelta, nos vamos pitando a un pequeño pueblecito del Valle del Tena, Lanuza.




Situado en uno de los paisajes más impresionantes del Pirineo Aragonés, junto al pantano que lleva su nombre, construido en la época de los 70 para regular el cauce del río Gállego para crear una central hidroeléctrica, inundó parte del núcleo urbano de Lanuza y supuso el abandono total del mismo. Actualmente se lleva a cabo un importante proceso de recuperación de sus calles y casas, rescatándolas de la ruina y preservando la fisionomía tradicional de este encantador pueblo montañés, contando entre otras instalaciones con un hotel de cuatro estrellas "Hotel La Casueña". Bordeando el Pantano de Lanuza, por una carretera interior, accedemos a Sallent, donde nos espera nuestro menú nocturno en el hotel tan esperado ya que se nos pasó por la cabeza practicar el canibalismo, aunque optamos por un "arroz con boletus". Tras calmar los estruendosos ruidos estomacales, nos relajamos en la terraza tomando un refresco, comentando las infinitas situaciones, paisajes, carreteras impresionantes, todo ello dejando una imagen imborrable en nuestra memoria. 

El Domingo nos saluda con tiempo nublado y lloviznoso. Antes de despedirnos de Sallent, unos cuantos teníamos una cita en BMW Riders para probar distintos modelos de motos. Suelo mojado y máximas precauciones presiden estas esperadas y cortas pruebas. tras compartir impresiones y conclusiones volvemos a Sallent para recoger los bártulos y comenzar peregrinaje de vuelta a Madrid con un amenazante cielo tormentoso a nuestras espaldas. Salimos dirección sur hacia Biescas donde tomamos desvío a la izquierda por H-260a con intención de atravesar gran pare del Pirineo con un apabullante paisaje de laderas, barrancos frondosa vegetación e innumerables curvas, delicia total para moteros. hacemos una breve parada frente al desvío por la HU-631 tras Servisé. Optamos por éste desvío por su extremadamente espectacular y sinuosidad de estas carreteras. Es difícil encontrar semejante concatenación de curvas en tan singular paraje.





 


 

De ir con tiempo, sería justo parar a hacer una foto en cada curva, pero como eran 670.000 millones de curvas y una nube persiguiéndonos , mejor seguir camino adelante hasta desembocar en A-138 y parar en Escalona a comer. Haciendo burla a la nube, aprovechó para descargar con fuerza a modo de catarata y con increíble suerte, no nos pilló conduciendo. Con las pilas recargadas continuamos por la A-138, pasando por Aínsa y bordeando el Embalse Grado I, pasamos cerca del Santuario de Torreciudad , en lo alto de una loma. Torreciudad es uno de los lugares más emblemáticos del Opus Dei. Se sabe quién está "detrás" del santuario pero..¿se sabe lo que hay "dentro"? se dicen muchas cosas de lo que se esconde entre esas paredes y por debajo de ellas: pasadizos en los sótanos, un búnker, submarinos, largos túneles, azules misteriosos en las aguas del pantano, un Cristo de oro...¿son sólo rumores o son verdaderos secretos?

Continuamos hacia Barbastro por N-123. Una parada a repostar y enlazamos con la N-240 dirección Huesca . De aquí hacia Zaragoza por A-23 y después dirección Madrid por A-2 . Una experiencia seguro inolvidable, disfrutando tanto del recorrido como de cada sitio visitado. Nuestro máximo agradecimiento a José Ramón Noguerol por el diseño de esta maravillosa aventura en Pirineos. Os esperamos en más aventuras.




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