Es la crónica de un viaje esperado, largamente esperado y que al fin se ha realizado. Si, es una escapada a priori corta, salir un sábado por la mañana y volver un domingo a media tarde podría parecer poca cosa, pero los caminos son para recorrerlos y nunca sabes que sorpresas te puedes encontrar.

Después de varios intentos Roberto y un servidor conseguimos cerrar el último fin de semana de abril para hacer una escapada hasta la Peña de Francia, muy cerca ya de Extremadura. Realmente este destino fue ajustándose, pasamos de la sierra de Cuenca y Albarracín a los Montes de Toledo y de allí a Gredos y, ya puestos, nos planteamos llegar a La Alberca y a la Peña de Francia. El objetivo en cualquier caso estaba claro, nada de autopistas en la medida de lo posible, carreteras secundarias, curvas y puertos, recorridos que al fin y al cabo nos hicieran sentir la moto y desconectar de la ciudad.

Por si fuera poco aliciente, dos semanas antes de salir me hice con una mágnifica RT1200 que llevaba ya un largo tiempo deseando, con todas esas cosas de electrónica que trae y su GPS, bolsas interiores, etc, en un estado estupendo, con tan solo 30.000km. Y que mejor ocasión para estrenarla que este viaje, ¿no os parece?.


Así las cosas nos encontramos a cinco días de salir con unas previsiones meteorológicas bastante malas, que daban mucho frío y lluvia. Nos hizo dudar de qué hacer, si mantener el plan original o mirar hacia otro destino pero, ¡qué diablos!, todo el invierno con la moto bajo la lluvia no nos íbamos ahora a achantar por unas gotas o un poco frío (aunque no apetecía nada, la verdad).

Salimos el sábado después de un segundo desayuno con Ana. No tenemos prisa, tenemos todo el día por delante y hay que disfrutar cada momento. El GPS lo tenemos preparado con la ruta
pero, todo hay que decirlo, esas máquinas son una gran ayuda pero donde esté un mapa y la orientación ayudada de un estudio previo de la ruta, que se quiten esas máquinas.

Cogemos la M-30 en busca de la M-40 y la carretera de los Pantanos. Este tramo es un peaje necesario a pagar cuando se vive en Madrid, zona con tráfico lento que no te permite disfrutar como deseas de la moto. Pero es un peaje que en menos de una hora se termina y a partir de ahí todo cambia. Vamos por la N-403 y ya hemos pasado El Tiemblo, cuando nos encontramos con el Embalse del Burguillo que se muestra espléndido lleno de agua y donde la carretera ya se puede decir que es para nosotros por el poco tráfico que encontramos.


Tanta lluvia ha llevado a los pantanos de la Comunidad a un increíble 93% de su capacidad a estas alturas del año cuando tan solo tres meses atrás estaban con un aspecto penoso. La abundancia de lluvia será uno de los motivos que hará que disfrutemos más aún esta ruta, pues nos encontraremos unos paisajes exuberantes y agua abundante allí donde senos cruce un río o bordeemos un embalse. Nos desviamos a la izquierda por la AV-902 y aquí sí que disfrutamos, sin necesidad de ir deprisa, dentro de los límites legales, pero tanta curva para aquí y para allá y el entorno ya empiezan a cargarnos de buenas vibraciones. Navaluenga, Burgohondo, Navalosa; vamos dejando atrás pequeñas poblaciones mientras que el temperatura se mueve en torno a los cinco grados.

Llegamos a la N-502, al cruce donde se encuentra la Venta del Obispo. Nos equivocamos y nos vamos a la derecha un par de kilómetros antes de corregir nuestro error. Dos grados marca ahora el termómetro. El día es frío, con nubes y claros. Pero si estas motos tienen de todo, ¿por qué no probarlo?. Enciendo los puños y el asiento calefactable y si que se nota, quien iba a decir lo del asiento, la verdad. Ya estamos de vuelta y en el cruce de la Venta Rasquilla de donde sale a la derecha la carretera que nos llevará a Hoyo del Espino, punto de entrada para llegar a la denominada plataforma que te permite iniciar el ascenso al Almanzor. Esta carretera, en ligera cuesta arriba, con buena visibilidad, curvas cerradas lo justo, poco tráfico, hacen que disfrutemos enormemente del camino. La RT es increíble también en este camino, no será la autopista para la que estará hecha pero aquí se mueve estupendamente y a pesar de lo voluminoso de su aspecto y su peso en parado su paso por curva es estupendo, enlazando curvas a derecha e izquierda con gran aplomo y transmitiendo gran seguridad. Creo que esto del telever y paralever tiene mucho que ver pero, no nos engañemos, no entiendo mucho de esas cosas pero bien que disfruto de cómo entra en las curvas y como sale, con un motor que no es para nada el que estoy acostumbrado.

Antes de que queramos darnos cuenta ya hemos llegado a Hoyo del Espino y el cuerpo ya nos pide que le echemos de comer. Paramos en un hostal que tiene un menú a 12€ y buenas vistas de la sierra y allí comemos. Llegamos un poco destemplados y nos metemos en el cuerpo unas ricas viandas de la zona que nos dejan como nuevos. El día va mejorando según avanza y la temperatura empieza a templar. Tenemos por delante un largo trayecto todavía hasta la Peña de Francia por lo que la parada no la alargamos demasiado.

Queremos desviarnos ahora en busca de la chorrera de Lanchon (80 metros de caída), que se encuentra en la ruta (andando) que parte de Navalguijo y se dirige a la Laguna de Caballeros. 
Pero antes, a la salida de Hoyo del Espino hacemos una breve parada en el mirador de Peña Marina para observar la sierra de Gredos.


El típico cartel nos permite identificar los diferentes picos y collados a excepción del Almanzor oculto tras unas nubes preocupantes para los que estén de ruta por esa zona. Al llegar a Aliseda de Tormes nos desviamos a la izquierda hacia Bohoyo y en Tormellas nuevamente a la izquierda camino a Navalguijo. Atravesamos un rio que trae las aguas que dejan en él las gargantas de los Caballeros, del Cancho y de las Cerradillas y que desemboca en la parte alta del Tormes, que nos lleva acompañanando una buena parte del día.


Navalguijo es un pueblo muy pequeño, sin tiendas a la vista y diría que tampoco bar. Lo atravesamos por sus estrechas calles y nos metemos en una pequeña pista forestal asfaltada.


El sitio es bien bonito y seguimos camino unos cien metros hasta que el asfalto desaparece y empieza una pista de tierra y piedras. Seguro que Roberto se querría ir monte arriba en busca de la chorrera en su GS pero lo dejó para otra ocasión. Andando ida y vuelta sería una hora y media y decidimos dar media vuelta y dirigirnos a la Peña de Francia. Posiblemente el tramo que hacemos a partir de ahora es uno de los mejores del día. Hacemos un tramo más largo sin parar, lleno de curvas y con asfaltos desiguales pero, salvo el tramo de pasar por el Barco de Ávila y poco después Béjar, nuestro camino discurre por campo casi solo para nosotros.

Hemos salido de Bejar por la SA-515 en dirección Ciudad Rodrigo, que dejamos por la SA-220 poco después, en dirección Garcibuey, Villanueva del Conde y Sequeros. Aquí nos cruzamos con las pocas motos que hemos visto en todo el día, cuatro naked que llevan cuatro vestidos de cuero vistoso que de paseo no van, seguro, lo que os puede hacer una idea de cómo de divertido puede ser este camino para unos y divertido y bonito (seguro que a nosotros nos da más tiempo a verlo), para otros.

Nosotros seguimos nuestro camino y al llegar a Sequeros un cartel indica que hay un mirador, el Mirador de la la Cruz, una atalaya que preside una gran cruz de piedra y desde la que se tiene una preciosa vista de la Sierra de Francia.


Dejamos atrás Sequeros y nos desviamos a la izquierda camino de San Martín de Castañar, otro de los bonitos pueblos de esta zona. Ahora ya vemos la Peña de Francia en el horizonte y por suerte está despejada, lo que nos permitirá disfrutar de unas vistas increíbles. El ascenso es por una carretera que en general está en buen estado salvo los últimos tres kilómetros que están en obras y en bastante mal estado. Allí estamos, en el punto más lejano al que llegaremos en esta escapada, disfrutando de unas vistas infinitas pues nada hay cercano que alcance la altura de esta Peña de Francia.


Pensamos si tomarnos algo en el bar pero en el horizonte hay unas nubes con muy mala pinta que se van acercando bastante más rápido de lo deseado. Decidimos bajar ya a La Alberca donde dormiremos por si acaso se ponen las cosas feas aquí arriba.

El Hostal en La Alberca donde dormiremos está en la entrada de la calle principal del pueblo, es muy barato y la habitación está bien.


Tras una ducha salimos a dar una vuelta, no habrá pasado ni media hora de que llegamos y nuestra sorpresa es mayúscula al ver que ha empezado a nevar. Podría ser anecdótico si no fuese porque cada vez lo hace más fuerte y empieza a cuajar en los tejados, en los coches y ¡también en las motos! Tras una cena abundante nos encontramos un paisaje nevado y unas motos cubiertas de nieve. A ver qué pasa mañana.


Amanece soleado, todo salvo la carretera bajo un manto blanco y un frío importante. Son las ocho y media y decidimos mover las motos al sol a ver si la nieve ahora convertida en hielo se derrite y nos deja activar los mandos de los puños, intermitentes y demás.



Nos cuesta un poco pero están al sol, por poco tiempo pues el cielo se nubla a ratos. Tras desayunar conseguimos tener los mandos usables y nos acercamos a una gasolinera en busca de una pistola de agua que por suerte encontramos. Quitamos toda la nieve-hielo y nos disponemos a recorrer la SA-201 que cruza el Parque Natural Las Batuecas – Sierra de Francia.

Un manto blanco cubre el bosque y las laderas de la montaña, un frío importante de dos grados bajo cero, una carretera limpia pero de la que no nos tenemos que fiar y nosotros dos encantados de estar allí en este tramo tan inesperado cuando pensamos en venirnos hasta aquí.



 




Estamos a punto de dejar Salamanca para entrar en Cáceres y llegar a Las Mestas, ya en Las Hurdes, y la nieve ha desaparece por completo para acompañarnos una mañana soleada que hace que la temperatura suba a los doce grados rápidamente. Poco antes de llegar a Las Mestas, si se viene con más tiempo, hay un aparcamiento a mano derecha de donde sale una pista que lleva al convento carmelita de clausula de San José (santuario del santo desierto de San José de las Batuecas). No se puede visitar pero si rodear por un camino de tintes románticos y leer las diferentes pizarras con pasajes escritos por San Juan de la Cruz.

¡Oh bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado!
¡oh prados de verduras de flores esmaltado
decid si por vosotros ha pasado!

Si continuamos andando, el camino nos lleva hasta unas pinturas rupestres.


Nuestro siguiente destino es Granadillas. Para llegar allí iremos bordeando el inmenso y repleto pantano de Gabriel y Galán tan unido al devenir de este pueblo. Vistas increíbles, carretera en muy buen estado con curvas suaves y un viento de órdago, hacen que este tramo sea completamente diferente a todo lo anterior. Hace un rato dejamos atrás La Pesga y nos dirigimos a Zarza de Granadilla para coger la carretera que nos lleve a Granadilla. El paraje es precioso, los últimos 5km de carretera una delicia para circular disfrutando del entorno, un águila emprende el vuelo con sus enormes alas a escasos veinte metros de nosotros. Llegamos al pueblo, abandonado obligatoriamente en los 60 debido a la construcción del pantano. Granadilla tiene una larga historia a sus espaldas, ciudad amurallada, con castillo, paso obligado en la Ruta de la Plata y disputada por moros y cristianos, actualmente está dentro del programa de Pueblos Abandonados y tiene una misión  eminentemente didáctica, con aulas y alojamientos para estudiantes.


Vamos un poco mal de tiempo nuevamente. Tanta parada inevitable y tanta carretera comarcal con puertos y curvas hacen que pasen las horas pero no tanto los kilómetros. Decidimos acortar un poco cogiendo un pequeño tramo de autovía para llegar antes al valle del Tietar y de ahí a La Vera. Iniciamos ahora un tramo largo con dos puertos y no sabría decir cuántas curvas. Carretera a veces en buen estado y otras estrechas y de poca visibilidad. Sonará increíble pero nuestras grandes y pesadas motos discurren por estos caminos con tranquilidad, sin importarles lo retorcido del camino. En mi caso, la falta de costumbre de tener tantas marchas me hace llegar a final de recta a una curva en cuarta, con la moto un poco suelta y me recuerda que esta no es la Deauville y que hay seis marchas por lo que hay que reducir un poco más. El viento nos sigue acompañando lo que hace que las curvas a veces no se puedan tomar a gusto, pero no quita para que disfrutemos el camino intensamente. Cogimos la A-66 en direcciona Plasencia y salimos para tomar la CV-94 en dirección a Villar de Plasencia y El Torno. Bajamos a la N-110 y nos desviamos en Valdastillas para subir a Piornal por la CCV-17.3. Un despiste nos hizo irnos a la izquierda y bajar directamente a Jaraíz de la Vera en lugar de ir a la izquierda hacia Garganta de la Olla.

Nos dirijimos a Cuacos de Yuste y subimos hacia el monasterio aunque nuestro destino es un cementerio que aquí poco antes y en el que se encuentran enterrados los alemanes muertos en España durante la Segunda Guerra Mundial al estrellarse en territorio español el avión que pilotaban. Es un lugar inmaculado y bastante curioso de ver.


Comemos en la plaza de Cuacos un bocadillo bastante pobre que acompañamos de una ración de albóndigas mucho más ricas. El tiempo amenaza lluvia en cualquier momento y nuestro plan original de no coger autopista lo tenemos que cambiar para alejarnos de las nubes negras que están delante nuestra. Decidimos llegar hasta Madrigal de la Vera y allí ir a la autovía de Extremadura a la altura de Oropesa. Nos perdemos un poquito de recorrido pero también es cierto que los últimos kilómetros ya cerca de Madrid serían rodeados de coches por lo que tampoco nos perdemos nada.


Llegamos a Madrid poco antes de las seis de la tarde. Han sido 750km para recordar.






3 comentarios:

Gelu dijo...

Rincones,esos, muy chulos. Y acompañados por una nevada...:-)
Bonita la RT, disfrútala.
Saludos.
Gelu.

José Ramón dijo...

Buena ruta os habéis metido para el cuerpo, para disfrutar de pilotar una moto y llena de aventuras.
Bonitas fotos y esa RT "posa" muy bien.
Un abrazo
José Ramón

elmenorde5 dijo...

Si, ruta bonita y ¡la RT chupando cámara!

Diego

Redes Sociales